Hablamos de amor. Repasamos todo el tiempo nuestro amor como si abriéramos la tierra dejando el surco del camino que deseamos transitar. Arrojados al jardín fértil de los juegos en los sueños que despiertos brillamos dorados. Esperándonos nos ansiamos sin cansancio desesperados por despertar entrelazando nuestras preguntas contestadas a piel en cada tacto nuevo. Damos sentido al sol y compartimos la errática pureza del día que termina de seguro bebiendo el vino rojo de la boca alegre del futuro.