Es como si fuese una excursión. Una vuelta por el corral de la alegría. Es ver que sucede cuando todo se rie de todo. Es reírse del todo y del que lo consuma. Es un acto consumado y deseado hasta el cansancio sin nada que garantize lo distinto y sin embargo es la plena garantía de que si este es el camino es chato el desenlace y envolvente la repetición. Es como estar por un rato en la verdad, y luego al instante de nuevo al mundo real a trabajar en la concatenación de los días en la concreción de lo llano. Es distinguir la verdad de la mentira no oponer no escindir no dejar de ver que siempre la forma es nuestra.